22/09/06
Los días 28 y 29 de julio, un grupo de voluntarios de VIDES, juntó su sobre de dormir, algún abrigo y sus ganas de seguir compartiendo la vida y partimos rumbo a la ciudad de Treinta y Tres a 280 kms de la ciudad de Montevideo.
La jornada comenzó a todo vapor el sábado 28, donde se nos invitaba desde una preciosa iluminación a ser sal en el mundo, entre los destinatarios de esa tarde en los barrios donde actualmente están los oratorios.
Más en la tarde, luego del almuerzo, nos dispusimos a preparar la tarde en conjunto con las voluntarias que ya conocían el lugar y a muchos de los niños.
Armada la “jincana”, los premios, la merienda para compartir con ellos, partimos rumbo al barrio donde se concentrarían 4 oratorios de la zona atendidos por las salesianas.
Hacía mucho frío. Hasta llegó a granizar; pero nada mermó las ganas de compartir, de bailar, de jugar, saltar y ver aquella montonera de niños (cerca de 350) que buscaban algún mimo y algún caramelo.
Ver aquellos rostros llenos de alegría por esa tarde, fue verdaderamente un regalo de Dios. Llevábamos poco y nos volvimos con un corazón llenísimo de aquellos rostros que nos animaban a seguir comprometiéndonos en lo cotidiano con quienes precisan ser animados.
Al día siguiente, compartimos con más profundidad quiénes éramos, en qué estábamos y hacia dónde vamos, tanto en lo personal como en cada grupo de voluntariado.
Experiencia más que rica y se resume en un “lindo haberlo vivido para poderlo contar”. Gracias a la comunidad de hermanas de Treinta y Tres, a Laura Guisado, responsable de VIDES Uruguay que nos animó a vivir la experiencia. Y sin duda será un “hasta la próxima”.
